domingo, 14 de abril de 2013

Li Ch'oohix


Llevábamos varios días en la montaña, visitando de aldea en aldea. La comida empezaba a hacer su efecto en nosotros. "Li padr Rapel", como le llamaban los k'ekch'íes -porque en su alfabeto no existe la "f"- tenían fuertes dolores de estómago. La salida a la siguiente aldea se fue atrasando por esperar que "Rapel" mejorara. La espera
fue inútil y tuvimos que salir tarde y con él enfermo.

Los paisajes deslumbraban. Era la belleza de la selva casi virgen. El atardecer le hacía estar más fresca y este clima, unido a los tonos de luz del ocaso, le daban una magia especial. Estar con este pueblo era como recrear la historia de la salvación desde la Creación.

domingo, 24 de junio de 2012

Comunión...


Como cosa extraña la mañana estaba soleada. El suelo aún estaba húmedo, unas pocas horas de sol no son suficientes para secarla. El verde de la vegetación realzaba bajo la luz matutina. Todo olía a tierra húmeda. El olor se sentía aún más debido a la evaporación que producía el Sol tropical. Los colores, los olores, llegaban a lo más profundo de los sentidos. Pero eran las palabras de aquel alto, flemático, lacónico y sereno sacerdote hindú las que llegaban a lo profundo del corazón. Narraba cómo un Delegado de la Palabra, sencillo, pero con la espiritualidad profunda que caracteriza al pueblo q’eqch’í, concluía una razonamiento diciendo “Padre: ¡¡¡pobres los ricos!!!”. 

lunes, 28 de mayo de 2012

Pascua...

Deposité al niño q'eqchi' sobre la camilla. Hervía en fiebre. Una erupción cutánea le cubría todo el cuerpo. Una enfermera lo atendía hasta que llegó el interno, un estudiante de medicina que estaba de turno. Ya estaba entrada la noche y el intero no sabía que le pasaba... ni habían laboratorios para hacerle los exámenes respectivos. El equipo necesario para realizarlos sí estaba. Deteriorado y arruinándose aún más con la humedad propia del Hospital y empeorada por la natural de Cobán. Pero allí estaba. Como un gran insulto al pueblo. Como una escultura a la desfachatez y a la corrupción. No había personal preparado para operarlo ni técnicos para repararlo. Había sido adquirido sobrevalorado, lo que había dejado jugosas ganacias a muchos burócratas, ganancias proporcionales al puesto. Desde el ministro hasta el Director del Hospital. Luego había sido increíble y demagógicamente publicitada su adquisición y nunca había sido utilizado. Sólo era otra más de una larga cadena de similares "adquisiciones para el desarrollo del país". Las autoridades gozaban sus ganancias, indiferentes, satisfechos. Mientras, el niño, y otros muchos, morían ninguneados, utilizados, explotados, marginados, despreciados...

domingo, 20 de mayo de 2012

Cambio...

Tenía que cambiar de rumbo. No podía seguir allí. Era cómodo, satisfactorio, pero no podía continuar allí, estancado. Tenía que hacer un gran esfuerzo, implicaba una gran renuncia, pero tenía que se coherente conmigo mismo. Eso era lo peor, lo único capaz de moverme: la coherencia conmigo mismo, con lo que creía y vivía.

Sacudí la cabeza, como despejándome, y fui consciente del frío aire de noviembre sobre mi rostro. Noviembre, otra vez noviembre ¿por qué siempre en noviembre? Tomé la decisión. Tenía que salir del aquel estado en que me encontraba y virar. Lo hice. Me desprendí de aquellos niños y de aquel juego callejero de béisbol y me dirigí a la Universidad. 

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Ma wank li k'ajkab'?


- ¿Ma wank li k'ajkab'?
- ¡Wank Qawa' !
- ¿Ma yaal?
- ¡Yaal kawa' !

Habíamos visitado de comunidad en comunidad, de aldea en aldea. En todas reunión con los distintos grupos. Ninguneados. Pobreza total. Infrahumana. Pero siempre la alegría, siempre la sonrisa a flor de labio, la mano dada de forma superficial para nosotros, occidentales; sin el apretón fuerte al que estamos acostumbrados, pero dado con amor. Sólo un suave roce. No es su saludo, es el saludo de los "kaxlan winq", de los extranjeros, les fue impuesto y no han terminado de asimilarlo… como tantas otras cosas que no han terminado de asimilar. 500 años de conquista, despojo, humillación, empobrecimiento, alienación,... no han sido suficientes para ellos. Su milenaria y rica identidad, su enraizada cultura, no ha sucumbido. Está viva y presente en ellos... y en mí. Soy producto de ellos. Por mis venas corre su sangre. Su cultura ha impregnado la mía. Y ahora, después de tantos años de destierro, cada vez caigo más en la cuenta de cuan maya soy... y me siento orgulloso.